viernes, 6 de mayo de 2011

Me matan, limón!

Por los techos viene el bloque, otra vez.
Algo así debe haber pensado Bin Laden cuando sentía que se le venían los soldaditos yankis encima, y que no tenía lugar para donde salir corriendo. Bah, o en realidad no pensó nada y todo esto nunca pasó. O en realidad no pensó nada porque él mismo nunca existió. Todas estas son hipótesis que resuenan por ahí entre algunas personas que pretenden develar los secretos de un gran complot mundial por parte de Estados Unidos para lograr no sé que cometido. No me importa si Bin Laden es un invento de los yankis, de Bush, de Osama o de Nixon. Tampoco me importa si lo habían matado antes o si todavía anda vivito por ahí. Estas pueden ser opciones válidas, pero en el caso de que alguna se confirme, todo lo que podamos decir ahora pasaría a un segundo plano y deberíamos hacer un análisis completo nuevo.
Muerto o no, la noticia nos la muestran ahora. Y me pongo a pensar qué hay detrás de todo esto. Por un lado me resulta inevitable reflexionar en cómo Estados Unidos usó la imagen de Bin Laden para construir todo lo que ellos mismos no son y odiarían ser. El caso de “el enemigo” es muy claro y muy marcado. En este sentido, hay una necesidad, que se ve desde un primer momento, de armar una imagen alejada, aborrecida y temida de un personaje que puede permitir casi cualquier cosa con tal de que no aumente su poder y/o siga con su perverso plan. No quiero decir con esto que no es grave ni peligroso lo que pudo haber llegado a hacer Bin Laden y su organización terrorista. Simplemente quiero resaltar la construcción de una imagen perfecta para el gobierno norteamericano, que justifica cualquier acción del estado imperialista en terreno árabe. La creación de “el enemigo” en este caso funciona para permitir la penetración territorial en países árabes. Esta estrategia no es más que una forma de un nuevo plan de imperialismo norteamericano en la zona.
Por otra parte, y en relación con lo anterior, habría que ver cual es la necesidad de fondo que justifica mostrar todo este operativo mundial de prensa justo ahora. Si, siguiendo la lógica yanki, se consolida una imagen de “el enemigo” a través de los años, y se arma un plan general de acción para derrotarlo, se deben dar ciertas condiciones para que ese plan se haga finalmente efectivo en este momento.
No estoy muy al tanto de la situación en los países de medio oriente, pero creo que puede existir un vínculo entre las revueltas con aires profundamente anti-norteamericanos de algunos países del norte de África y el asesinato del líder terrorista. Habrá que ver, y esto queda en manos de analistas internacionales, si EEUU pretende mejorar su imagen en esta región o si efectivamente se puede encontrar algún otro tipo de vínculo entre los hechos. También habría que analizar la imagen que tiene Obama dentro del propio territorio norteamericano para necesitar exponer la noticia en este momento y no en otro. Porque en lo que sí estamos de acuerdo es en el impulso popular que pueden tener los hechos para la imagen del presidente yanki.
Por otro lado, es importante reconocer la dificultad que tiene EEUU para imponer su hegemonía en medio oriente y para controlar la región. En este sentido, la penetración en territorio árabe resultó un gran error para la política exterior norteamericana. Hay un reflote de los sentimientos nacionalistas por parte de los árabes y un profundo odio hacia los norteamericanos. De manera que, haciendo un balance, la estrategia de los últimos gobiernos estadounidenses en la región ha fracasado. Lo que el tiempo nos dirá es si su obstinación en busca del petróleo árabe los hará continuar con este tipo de políticas, o si reflexionarán y se volverán a su país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario