lunes, 30 de enero de 2012

Ese pedacito de tierra

La historia es la misma. La forma es la misma. El reclamo es el de siempre y el camino para conseguirlo, también. Lo que cambió es el show; o mejor dicho, ahora hay show. Desde que se terminó la guerra, este asunto tomó caminos “institucionalizados”, el reclamo pasó a ser cuestión de diplomáticos y embajadores. Pero ahora parece que toca al pueblo, sobre todos después de que el país más imperialista de la historia nos acuse de “colonialistas”. Digo “nos” porque me toca, nos toca a todos.
El asunto es que no sé si nuestro (¿nuestro?) reclamo es del todo legítimo. Es decir, estamos de acuerdo en que las Malvinas pertenecen (por decirlo de algún modo) a nuestro territorio, pero también es cierto que no tenemos ningún componente cultural compartido con ese pedazo de tierra. Nuestra cultura no es la misma, ni nuestra historia es la misma. ¿De qué nos preocupamos, entonces? Me cuesta entender qué es lo que queremos.
No me convenzo de que es una cuestión de “soberanía nacional” como plantean algunos sectores porque, para mí, la soberanía pasa por otro lado. Por la capacidad para decidir nuestro futuro, por ejemplo, o por la posibilidad de administrar nuestros propios recursos y de equilibrar las posibilidades socioeconómicas de todos los habitantes del país. No pasamos a ser más soberanos por tener un pedazo más de territorio. Entiendo que se toque el costadito emocional y nacional, pero debemos reconocer que el reclamo por la soberanía de las islas es un tema instalado por la dictadura militar en plena agonía. Honestamente no creo que sea un problema que quite el sueño de los argentinos; o si lo es, es porque así lo quisieron algunos, y lo quieren otros.
En tal caso, creo que la clave está en preguntarnos (un vez más) ¿para qué? Y no se me ocurren otros motivos que no estén relacionados al “colonialismo”, o sea, no son motivos muy diferentes a los que impulsaron al Imperio a tomar las islas. La excusa territorial y soberana es perfecta, pero carece de consistencia. Si Inglaterra quiere tener las islas por cuestiones estratégicas, nosotros las queremos por los mismos motivos. Si es por el petróleo, es por el petróleo. Es decir, recursos. Dos Estados peleando por el manejo de recursos. Luchas de poderes, no de clases.
Para rechazar cualquiera de las opciones colonialistas propongo que se declare a las islas como territorio independiente, soberano y libre: Estado Nación. Y que se proclame como neutral en el conflicto o en cualquier guerra potencial, y que se establezcan las mismas prioridades y beneficios para Argentina e Inglaterra. Sería un paso importante en la autodeteminación de los pueblos